El Julio Mario Santo Domingo vibró con el concierto de lanzamiento del 37 Festival Nacional de la Música Colombiana

Por: José Ricardo Bautista Pamplona
Gestor Cultural – Autor y Compositor

El pasado 10 de febrero se llevó a cabo el gran concierto de lanzamiento de la edición 37 del Festival Nacional de la Música Colombiana, evento hermano de nuestro Festival Mono Núñez, que conjuga objetivos afines de promoción y difusión de nuestros aires, al igual que los demás de la zona andina colombiana.

Al escenario llegaron los grandes intérpretes como el Dueto Nocturnal, Beatriz Arellano, Leonardo Laverde Pulido, Los duetos: Maderas y Entre Cantos y la Orquesta de Cámara de la Universidad del Tolima para entregar un rosario de canciones que poco a poco fueron elevando el espíritu de los asistentes hasta llegar a un éxtasis total de amor patrio.

Las directivas del certamen en cabeza de Doris Morera de Castro destacaron los pormenores que este año tendrá el Festival y entregaron el anticipado homenaje al compositor Fulgencio García con una particular versión de su obra insignia “La gata golosa” a cargo del maestro Gustavo Yépez y su colegiado de versados maestros.

Las Gran Rondalla Colombiana del maestro Jorge Zapata hizo lo suyo y el auditorio se engrandeció con las obras de los más destacados juglares del folclor en el sin igual estilo de esta agrupación que representa sello y huella de la identidad nacional

A medida que transcurría la entrega del cancionero colombiano, el público vibraba con cada escena y la entonación de bambucos, valses y pasillos con los que el pentagrama se fortalece cada día más para evidenciar su permanencia en medio del surgimiento de corrientes que desdibujan el verdadero rostro de la usanza.

En el aforo se encontraban los melómanos y amantes de la música andina colombiana, entre ellos un nutrido grupo de destacadas personalidades, compositores, cantautores e intérpretes que en esta oportunidad estuvieron desde la otra esquina animando y aplaudiendo a sus colegas.

El Festival Mono Núñez, sus directivas, delegados, socios y en general ese puñado de almas que integran esta cofradía, agradecen y felicitan a los precursores del Festival Nacional de la Música Colombiana y los insta a seguir como el roble para dar sombra a los albores de los nuevos aires que llegan para hacer el relevo generacional, empoderando de lo nuestro a las nuevas generaciones.